TIBURÓN BLANCO

TIBURÓN BLANCO

14 abr 2010

REPRODUCCIÓN


Al igual que la gran mayoría de los animales, los tiburones se reproducen sexualmente. La actitud de apareamiento de los tiburones puede ser muy compleja y los rituales previos entre machos y hembras varían considerablemente entre las especies. Los patrones de comportamiento como nado sincronizado, mordiscos y cambios de color son comunes. Algunas especies tales como el tiburón peregrino se enganchan en una compleja actitud de dar vueltas en grupo, cuyo propósito todavía no se entiende. 


Una vez que los tiburones se han apareado exitosamente y los huevos de la hembra han sido fecundados internamente, los embriones se desarrollan en una de estas tres maneras, dependiendo de la especie: 

  •  Ovíparos: Los tiburones depositan en rocas o en algas los huevos, cuyas gruesas cáscaras son resistentes a los depredadores. Los huevos se incuban por días o semanas después, dejando a las crías defendiéndose por sí solas. La gran mayoría de las cáscaras de los huevos son rectangulares y algunas, tales como “el monedero de la sirena” que dejan las pintarrojas, son comúnmente arrastradas a las costas del mar.

  • Vivíparos: los tiburones dan a luz a las crías, que son alimentadas en el útero de la hembra por medio de la placenta o a través de una secreción conocida como leche uterina. Este tipo de reproducción asegura que la cría estará bien alimentada durante su desarrollo y por lo tanto estará en forma para sobrevivir los rigores del mar inmediatamente después de su nacimiento.

  • Ovovivíparos: Este tipo de tiburones también soporta a sus embriones internamente y da a luz a las crías, pero no provee ninguna alimentación directa a su prole. En su lugar, los tiburones en desarrollo dependen de los huevos del saco vitelino para subsistir. Algunas especies de tiburones, tales como los tiburones mackerel, practican la oofagia, en la que las madres producen una pequeña cantidad de huevos no fertilizados que son ingeridos por los embriones en desarrollo. 

El tiburón blanco busca en las aguas templadas sus zonas de reproducción y cría. No es capaz de reproducirse hasta cerca de los nueve años de edad y suele tener entre 4 y 10 crías en cada parto (cada dos o tres años), de las cuales muchas no llegarán ni a nacer siendo devoradas por sus hermanos en el interior de la madre. 

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