TIBURÓN BLANCO

TIBURÓN BLANCO

7 abr 2010

ATAQUES CONTRA EL SER HUMANO


A pesar de las leyendas urbanas que existen sobre los ataques de tiburones contra seres humanos, estos son bastante raros. Dentro de éstos, los del tiburón blanco se pueden considerar anecdóticos si se comparan con los del tiburón tigre o el tiburón toro, siendo este último, capaz de introducirse en grandes ríos y atacar a las personas. No obstante, las muertes causadas por estas tres especies en su conjunto son inferiores a las provocadas por serpientes y cocodrilos cada año, e incluso menores que los fallecimientos ocasionados por animales tan aparentemente inofensivos como abejas, avispas y hipopótamos.

Para zonas donde la presencia del gran blanco no es tan abundante, los ataques alcanzan números estrambóticos: por ejemplo, en todo el Mediterráneo sólo se han confirmado 31 ataques de tiburones contra seres humanos en los últimos 200 años, en su mayoría sin resultado de muerte. Para España la cifra es de 4 ataques desde mediados del siglo XIX (aunque la ISAF sólo reconoce dos como suficientemente probados). En estos dos últimos casos, las cifras ni siquiera se refieren a los ataques del tiburón blanco en particular, sino al conjunto de todas las especies de tiburones. De acuerdo con algunos investigadores estadounidenses, la cifra de ataques de tiburones blancos a nivel global entre 1926 y 1991 sería de 115, siendo California, Australia y Sudáfrica quienes registraron más. Resulta bastante ilustrativo el que en las aguas sudafricanas, infectadas de tiburones, la cifra de ataques de tiburones blancos desde 1940 sea de sólo 29 frente a las 89 agresiones protagonizadas por el tiburón Toro.

Esta escasez de ataques, sobre todo mortales, se debe a que la mayoría de los tiburones en general y los blancos en particular no consideran a los humanos como auténticas presas potenciales. La gran mayoría de ataques del tiburón blanco consisten en un único mordisco, tras el cual el animal se retira llevándose pocas veces algun trozo de la víctima (principalmente pies y piernas). Estos ataques se pueden deber por tres razones:

- Señal de advertencia: el tiburón no ataca a la víctima con intención de comérsela, sino porque la considera un intruso en su actividad diaria, por lo que suele advertirle.

- Curiosidad: el animal siente curiosidad ante algo que nunca ha visto antes. Por tanto, el fugaz ataque es una especie de "mordisco-prueba".

- Confusión: el tiburón confunde a la víctima con su comida habitual. En este caso, se explicarían muchos de los ataques contra bañistas y surfistas, ya que cuando se ven desde abajo resultan bastante parecidos a un león marino. Los ataques contra pequeñas embarcaciones pesqueras y de recreo podrían explicarse como confusiones entre éstas y los cuerpos de cetáceos de tamaño medio o elefantes marinos muertos a la deriva.

Con todo, el peligro de ataque siempre existe, por remoto que sea. Resulta interesante el hecho de que el 80% de las muertes causadas por tiburones blancos ocurrieron en aguas muy cálidas, casi ecuatoriales, cuando la mayoría de estos animales viven en zonas templadas. Esto probablemente se deba a que la gran mayoría de los tiburones son jóvenes y crías, que necesitan de las aguas templadas para su desarrollo, mientras que en las zonas más cálidas sólo se adentran los individuos más grandes y viejos, que son mucho más violentos y peligrosos.


(A partir del minuto 6:45 del siguiente vídeo, podemos observar como el Doctor Callura de Florida y su ayudante hacen un experimento para detectar cual es el olor que les resulta más irrestible aun tiburón) .

No hay comentarios:

Publicar un comentario